Anna Clara WallenMi nombre es Anna-Clara Wallen, tengo 23 años y soy sueca. Crecí en una ciudad del norte de Suecia, cerca de la naturaleza, las montañas y los bosques. Sin lugar a dudas, el hecho de respetar la naturaleza y las pequeñas cosas que suceden alrededor nuestro todo el tiempo, han ayudado a formarme para convertirse en la persona que soy hoy en día.
Siempre he tenido un buen ojo para los detalles y una mente que tiende a vagar hacia los lugares más remotos. Naturalmente he intentado, y a menudo logrado, expresar mis pensamientos y sentimientos de diversas formas, generalmente a través de la escritura. Pero últimamente también he sentido un creciente interés por la fotografía. La forma en que permite capturar los momentos y guardarlos en tu bolsillo para siempre, es absolutamente único.
Al comienzo utilizaba la fotografía principalmente como una forma de recordar lugares, personas y diferentes situaciones. Pero últimamente se ha convertido en una instrumento artístico, una manera de expresar un sentimiento, de capturar una atmósfera, una luz, un pequeño detalle en el inmenso universo. Mi atención se enfoca generalmente en los detalles, porque creo firmemente que son lo más importante de recordar. Los detalles son lo que componen la imagen mayor y nunca seremos capaces de ver y comprender la totalidad a menos que podamos ver los detalles en ella.
Cuando finalice la secundaria, a los 19 años, me mudé a Londres y trabajé como niñera durante medio año. Esta experiencia aumentó mi deseo de viajar. La necesidad que siempre había tenido de moverme, de ver nuevos horizontes y conocer gente nueva se hizo aún más fuerte. Así que luego de un corto período de regreso en mi ciudad natal, partí junto con un amiga hacia la India por un mes. Una experiencia increíble. La manera en que la extrema belleza y la extrema miseria interactúan, una al lado a lado de la otra, es algo que no se puede ver en muchos lugares. Algunas personas dicen que una vez que se experimenta la India uno nunca vuelve a ser la persona que era. Esto muy probablemente sea verdad.
Poco tiempo después de este viaje me fui para Dublín, Irlanda, para vivir, trabajar y simplemente seguir aprendiendo de la vida. Esto pronto demostró ser una de las cosas más importantes que he hecho hasta ahora. Me quedé más de un año y medio, mucho más de lo que había planeado, hice buenos amigos de todas partes del mundo y conocí a mi novio, que es de Uruguay. Nos mudamos a nuestro propio apartamento y continuamos trabajando y ahorrando dinero antes de venir a Uruguay en Noviembre del año pasado.
Y ahora, después de haber pasado casi un año en América del Sur, de haber trabajado y vivido una vida cotidiana normal, pero sin poder ver a mi familia, a los amigos y a los lugares que llenan la mayor parte de mi corazón, puedo decir, sin duda alguna, que este ha sido el mayor reto en la vida hasta ahora. La diferencia entre la vida en Montevideo, Uruguay, y la que se vive en distintas ciudades de Europa es, después de todo, bastante grande.
En retrospectiva, apenas puedo creer todas las cosas por las que hemos pasado, tanto positivas como menos positiva, pero que finalmente nos han llevado en algo realmente bueno. Con una fuerte conexión con mi pasado, mi infancia, la naturaleza y con ambos pies firmemente plantados sobre el piso, continuo moviéndome hacia delante, o hacia los costados, dependiendo de lo que convenga en el momento, pero siempre tratando de recordar lo más importante. El camino que me trajo al lugar donde estoy hoy.
Espero que mi fotografía de alguna manera refleje mi personalidad, que a su vez refleja mis experiencias de vida. Tienen un curioso giro que hace que los espectadores se interesen. Insisto en que me esfuerzo por capturar los detalles y ciertas atmósferas y aunque aún tengo mucho por aprender, espero que ustedes puedan disfrutarlas en la etapa en que se encuentran en este momento.
Fotografías:
English Version:
My name is Anna-Clara Wallen, I’m 23 years old and I'm Swedish. I grew up in a town in the north of Sweden, close to the nature; the
mountains and the forests. Undoubtedly, the fact that I respect nature and the small things that happen in it and everywhere around us all the time, has shaped me a lot to become the person that I am
today. I’ve always had an eye for details, and always had a mind that tends to wander off to the most distant places.
Naturally I have tried, and often succeeded, to express myself, my thoughts and feelings in different ways, usually through writing, but
As soon as I finished high school, at the age of 19, I moved to London, working as an au pair for half a year. This experience gave me a craving for more traveling; the need I always had for moving around, seeing new horizons and meeting new people grew even stronger. So after a short time back in my home town I went backpacking in India for a month with a friend. An amazing experience; the way extreme beauty and extreme misery act together side by side is something you don't see in many places. Some people say that once you've experienced India, you'll never be the same person again. It’s probably true. Shortly after this trip I moved to Dublin to live, work and simply continue learning from life. It soon proved to be one of the most important things I’ve done so far. I stayed for over a year and a half, much longer than I had planned, made good friends from all over the world and met my boyfriend, who is from Uruguay. We moved in to our own apartment and stayed working and saving money before coming here in November last year. And now, after having spent almost a year in South America, working and living a normal everyday life, but without seeing family and friends and the places that fill out the biggest part of my heart, I can say without a doubt that this has been my biggest challenge in life so far. The difference between living in Montevideo, Uruguay, and living in different cities in Europe is quite big, after all. Looking back I can barely believe all the things we’ve been through, both positive and less positive, but which in the end has lead to something really good. With a strong connection to my past, my childhood, nature and with both feet as firmly placed on the ground as possible I continue moving forward, or sideways, depending on what suits, but always trying to remember the most important thing; the road that took me where I am today.
I hope my photography in some ways reflects my personality, which in turn is reflected by my experiences in life, and has a curious twist that makes the onlookers interested. Once again, I strive to capture details and certain atmospheres and even though I have a lot ahead of me to learn I hope you will appreciate it in the stage it is right now.
